lunes, 30 de mayo de 2011

¿Quién dijo que las funciones solo existen en las matemáticas?

Nuestra clase Nº 8, correspondiente al 12 de mayo, comenzó, al igual que el resto de las clases, con la misma puntualidad de siempre, y yo, por primera vez, llegué de muy mal humor. 
Ese día era la entrega de nuestro trabajo práctico Nº 3 “La Lectura y Los Tipos Discursivos” y yo, gracias al virus que comenté antes que infectó mi computadora, no pude imprimir el trabajo para entregarlo, se lo comenté al profesor y me dijo que se lo entregara cuando pudiera recuperar el trabajo de mi PC.

De a poco los alumnos fueron llegando y comenzó una puesta en común de nuestras experiencias a la hora de hacer el trabajo práctico, el cual consistía en, a partir de 4 cuentos cortos, y un texto del módulo bibliográfico, dados por el profesor, debíamos especificar a que género discursivo pertenecían, cual era su narrador, los escenarios y tiempos de cada cuento, escribirle un final alternativo y un título tentativo, crear el argumento de algunos cuentos, etc.
Estos cuentos, muy lindos, que por cierto recomiendo, eran:



  • “La noche de los feos”: Mario Benedetti, nos ofrece un cuento lleno de intensidad y romanticismo, que nos lleva a reflexionar sobre un tema muy poco tratado con seriedad en la literatura. Los feos de la literatura aparecen como seres marginados, objetos de burla, de risa. Todos sufren esa pesadilla de la burla, el sarcasmo y la marginación social.
    Las protagonistas y los protagonistas en las novelas, en el cine casi siempre, por no decir siempre, son mujeres hermosas y caballeros de buena presencia. Pero Benedetti hace justicia al plantear este tema en su cuento, La noche de los feos. Es un cuento que recoge la experiencia de dos feos, que no tienen la culpa de serlo.
    Ella, víctima de una operación que le dejó deformado un pómulo en su mejilla, y él, que había sufrido una quemadura que le destruyó parte de su labio.

    Fuente: http://es.shvoong.com/books/1678599-la-noche-los-feos/#ixzz1NuNFyCVB

    Una historia conmovedora, sencilla, breve, que invita al lector, no solo a enamorarse con la historia, sino a también a plantearse un montón de cuestiones sobre la vida cotidiana, de cómo sufren las personas feas por la discriminación que reciben a diario.

  • “Extraordinaria historia de dos tuertos”: Roberto Arlt, cuenta la historia de dos tuertos, amigos, que por motivos de la vida se distanciaron y luego de muchos años, se reencuentran, y al contarse sus historias, no pueden creer que los dos fueron protagonistas de los mismos acontecimientos y que sus vivencias eran iguales, al punto de que empiezan a sospechar y terminan yendo a la policía, donde descubren el porqué de tal coincidencia. Está tan bien narrada, que de la forma que se van sucediendo los hechos en el cuento, uno no se imagina el final, hasta que lee el último párrafo, se va leyendo, se va viendo que las hojas se terminan y que lo extraordinario no aparece, hasta que la historia da un giro de 360º y lo extraordinario de la historia deja al lector con la boca abierta.

  • “La tortuga”: este cuento de Patricia Highsmith está basado en la difícil relación que tuvo la autora con su propia madre. La historia gira en torno a un joven, Víctor, que está emocionalmente abusado por su madre, una ilustradora de libros para niños de carácter difícil y arrogante. El niño siente un odio furioso hacia ella, quien intenta hacerle gustar de sus mediocres dibujos y le obliga a usar ropa en desuso que lo convierten en el hazmerreír de los otros niños.
    Este cuento, más allá de su desenlace y su final, no hace más que retratar el sufrimiento interior que sienten los niños ante el maltrato, en este caso verbal, producto de sus padres y cómo, estas actitudes, llevan a un niño a tomar decisiones jamás pensadas para la edad de 11 años.

  • “Ladrón de sábado”: Gabriel García Márquez, propone en este cuento, otra mirada muy distinta acerca de la cotidianeidad, de la familia tipo, felizmente conformada y de un ladrón que solamente roba los sábados. Pero ¿quién dijo que los ladrones solo roban joyas o dinero?, el autor, gracias a este cuento, nos demuestra que hay muchas cosas mas que un ladrón nos puede quitar, como es el caso de este cuento, donde sólo roba un corazón, y nos pone el la disyuntiva moral de la infidelidad y de la doble vida.



Y el texto, era el capítulo “La lectura” del libro “Leer, pensar y entender” de Ruth Tuchsznaider. Abstract: “Para desarrollar destreza en el arte de leer es mejor dedicarse más a leer para comprender que a leer para informarse. Por lo mismo, lo más apropiado es comenzar por buenos libros, bien escritos y que exigen una lectura activa para ser comprendidos.
Aprendemos leyendo cuando en el texto el escritor ha plasmado ideas que concibe claramente y que nosotros, los lectores, no conocíamos o no comprendíamos. La desigualdad entre escritor y lector es una ventaja para el lector que desea aprender y está dispuesto a acortar la distancia que lo separa del escritor.
Así, aprendemos leyendo un libro, como aprendemos escuchando una conferencia o una clase, si sabemos leer y sabemos escuchar, que son artes similares. Aprendemos de un maestro que habla por medio de su libro o del que podemos escuchar en una clase o en una disertación. Ambas cosas exigen disposición activa, actitud interpelante, deseo de entender.”

Albert nos preguntó cual de los textos que nos había tocado leer para el trabajo, nos había gustado más, y luego, punto por punto, fuimos haciendo una puesta en común de los ítems que desarrollamos a lo largo del mismo. Yo pude aportar en base a lo que recordaba, pero no pude hacerlo como me hubiese gustado, lo cual no ayudaba a calmar mi ira interna con la tecnología.

Como conclusión, después de haber leído todos los textos y realizado todos los puntos de la consigna, algunos con más dificultad que otros, puedo decir que me gustó mucho hacerlo, ya que me gusta leer y que me sirvió mucho, para enfocarme con más claridad en el trabajo práctico final.
De los cuatro cuentos, personalmente, el que más me gustó fue “Ladrón de sábado” y “La noche de los feos”, es que me corre el romanticismo por las venas y no me puedo resistir ante la literatura rosa, aunque estos cuentos, si bien tienen una historia romántica, no están contados de la manera cursi que nos gusta a las mujeres, en lo más mínimo.
En cuanto al texto de Tuchznaider, es de muy fácil lectura, llevadero, habla de un lector adolescente tipo, que lee por obligación y no con profundidad y comprendiendo lo que lee. No estoy del todo de acuerdo con esta autora, pero hay cosas en las que sí coincido, dependiendo el contexto en las que se las ubique.


Luego de la entrega de los trabajos, y de completar la agenda académica, con fechas de entrega de trabajos, de tareas y del parcial, que es la semana próxima, nos adentramos en una parte fundamental de la teoría, respecto al lenguaje, y no es ni más ni menos, que la funcionalidad que tiene el lenguaje.

El lenguaje es empleado con diferentes funciones. Los hablantes usan el lenguaje con variados propósitos y es frecuente que un mismo mensaje cumpla varias funciones simultáneamente. En tales casos, una de esas funciones es predominante.
Tradicionalmente se han reconocido tres funciones básicas del lenguaje: la función emotiva, la función conativa o directiva y la función referencial o informativa, cada una de ellas relacionada con una persona verbal:

Posteriormente se han ido reconociendo otros usos del lenguaje, algunos de los cuales resultan de la combinación de estas tres funciones básicas. Según el lingüista Roman Jakobson, cada uno de los elementos involucrados en la comunicación verbal determina una función diferente del lenguaje. Jakobson distingue seis funciones: referencial (también llamada denotativa, cognoscitiva e informativa), emotiva (denominada a veces expresiva), conativa o directiva, fática, poética y metalingüística.
En el siguiente esquema de pueden ver las relaciones entre los elementos de la comunicación y las funciones que asume el lenguaje según a cuál de esos elementos se oriente el mensaje:
  1. Función REFERENCIAL O INFORMATIVA:
    Orientada al contexto.
    Discurso informativo: describen objetos, relatan y explican hechos. Transmisión eficiente de datos y acontecimientos.
    La información es tal cuando es verdadera, sin embargo se incluye la falsedad (mala información) que pretenda este mensaje.
  2.  Función EMOTIVA:
    Orientada a la actitud, emociones y sentimientos del hablante.
    Usado para despertar estados afectivos en el oyente.
    La afectividad puede manifestarse en el nivel fónico (forma) como en el gramatical (contenido).
    Discursos emotivos: además de sus significados literales, tienen connotaciones afectivas.
    Las elecciones hechas en cuanto a los términos que se utilizan en las oraciones, no solo son con fines estéticos, sino a su significado afectivo.
  3. Función DIRECTIVA O CONATIVA:
    El propósito es que el mensaje recaiga sobre el oyente con el fin de promover ciertas conductas en él (o impedir las mismas).
    Uso de oraciones con verbo en modo imperativo (órdenes, ruego, pedidos), dirigidos a una segunda persona.
  4. Función FÁTICA:
    Comprueba que el canal está abierto entre los interlocutores.
    Despierta la atención del oyente, transmitiendo disposición a comunicarse.
    Frases y diálogos superficiales de intercambio social (saludos, como está el clima, la hora, etc)
    Discursos con el fin de pasar el tiempo, mantener diálogo, llenar el día.
  5. Función POÉTICA:
    Orientada hacia el mensaje como tal.
    No solo reconocida en la poesía, sino también en anuncios publicitarios, títulos de libros, lemas políticos, títulos de obras, poemas o filmes bellamente compuestos, atendiendo a sonoridades y armonías léxicas del lenguaje.
    El uso poético del discurso ubica al lenguaje en primer plano, gozándolo domo objeto tácito.
  6. Función METALINGÜÍSTICA:
    Orientaciones con las cuales se hace referencia a aspectos del lenguaje, del código.
    El lenguaje se emplea para hablar o escribir acerca del lenguaje.
    Se establece una séptima función, que cuyo discurso antes era asimilado a la función informativa.
  7. Función EJECUTIVA:
    No describe, no relata, no informa, no explica.
    El hablante realiza las acciones que esas expresiones (llamadas “realizativas”) significan, por el hecho de decirlas.
    Realizativos: se usan en primera persona y permiten realizar acciones (promesas, juramentos, apuestas, etc).
    El hablante está haciendo la acción de lo que está diciendo. 
Así concluyó la clase, una vez más con mucho contenido y también con mucha tarea, para la semana que viene hay que elegir un texto, canción, poesía, algo escrito por nosotros, para exponerlo oralmente antes del parcial, que va a ser el mismo día. 
Ahora si me lo permiten, me retiro a estudiar, sin mucho más por decir. 
¡¡Hasta la próxima!!

Mujer VS Tecnología

Acá estoy, volví, después de varias semanas luchando con la tecnología (virus, pc rota, blogs que no andan, mails que no me tomaban la contraseñas, pendrives infectados de virus, conexiones de Internet que se caen, etc.), vuelvo para seguir con mis anécdotas/resúmenes/experiencias de clases. Quiero decir que odié profundamente todo lo relacionado con la tecnología, me hubiera encantado por un momento volver a la máquina de escribir o a los trabajos prácticos hechos a mano. 

Pero luego de todos las piedritas que aparecieron en mi camino, la tecnología y yo nos amigamos, y todo cambió, y llegaron las cosas buenas y con ellas tambien las recompensas, buenas notas en los trabajos prácticos, parciales aprobados y un mail de Mercado Libre que quieren ser auspiciantes de mi blog, no entiendo mucho de esto, es un poco, bastante, nuevo para mí toda esta cuestión, asíque leeré tranquila el mail y veré de que se trata. De hecho si alguien sabe y me puede dar una manito, bienvenido sea. 
Pero así como le hecho la culpa a las computadoras y a mi vida informática, debo reconocer que una semana los tuve abandonados por el simple hecho que tenía el parcial de esta materia y me dediqué de lleno a eso y también porque preparé finales previos que debía y me requería mucho tiempo, pero ahora vuelvo al ruedo y vuelvo con más energías para seguir escribiendo.
 
Debo reconocer que extrañe bastante esto de poder escribir todas las semanas, y me di cuenta el amor y la pasión que siento al escribir, y debo agradecer eso a varias personas/maestros de la vida, que me marcaron con su educación:
  • Primero a mi papá, porque me inculcó el hábito, vicio (bueno) diría yo, de leer, leer cualquier cosa, no solo lo que nos gusta, no un solo genero, sino cualquier variedad de libros 
  • A mi mamá por enseñarme a escribir sin faltas de ortografía alguna; 
  • A mi profesora de Lengua y Literatura de los primeros años del secundario, quién nos dedicaba parte de la clase a leer libros y a introducirnos en los distintos tipos de textos, así por ejemplo leí “La casa de Bernarda Alba”, “Martín Fierro”, “El Cid Campeador”, “Don Quijote de la Mancha”, etc.; 
  • A mi tía, profesora de Lengua y Literatura por excelencia, quién me ayudó en la difícil tarea de la narración, de aprender a aplicar signos de puntuación, de no repetir las mismas palabras en las oraciones, a escribir fluido, a escribir con coherencia, a hacer resúmenes, y así me tenía, HORAS enteras leyendo y escribiendo, haciéndome levantar temprano en las vacaciones de invierno para enseñarme;
    Y a dos profesores de la universidad a los que les voy a estar agradecida por siempre, 
  • A Matías Panaccio, profesor de Taller de Redacción, y 
  • A Alberto Harari, profesor de Comunicación Oral y Escrita (COE) y de Introducción al Discurso Audiovisual (IDA) porque ambos me terminaron de introducir en el inmenso mundo de las palabras, me “obligaron” a escribir y descubrir la magia que se siente cuando uno lo hace, de saber que no siempre lo que se escriba le va a gustar a todo el mundo, pero con saber que una persona lo lee y que podés ayudar a esa persona, alcanza y sobra, porque me enseñaron, me corrigieron, me hicieron rehacer trabajos prácticos, y me felicitaron, me enseñaron cosas a lo largo de un cuatrimestre que me las voy a llevar de acá a la eternidad.

Voy a implementar cada consejo que me dieron absolutamente todas estas grandes personas, porque a pesar de que muchas de esas personas son profesores, son seres exceleters y siempre los voy a recordar como a los mejores profesores que tuve, porque me enseñaron sobre rodas las cosas, factores de la vida y compartieron muchos momentos conmigo, sé que siempre que tome una decisión, voy a recordar las palabras de cada uno de ustedes, y los voy a recordar como los mayores referentes de mi vida. Estoy segurísima que parte de mi realización personal y profesional, se la debo a todos y a cada uno de ellos, y gracias a todo lo que me enseñaron en los 23 años que tengo, hoy me replanteo muchas cosas sobre mi carrera, estoy segurísima que quiero ser publicitas, pero siempre que me preguntaban en que sector de la agencia, respondía que ni loca trabajaría en redacción, y hoy, me estoy replanteando esa cuestión, total, para arrepentirse y cambiar nunca es tarde ¿no?
Sin mucho más que decir sobre éstas tres semanas de desaparición, finalizo esta entrada que no fue otra cosa que un poco acerca de mi vida y mis pensamientos, para sumergirme, en el próximo post, en nuestra clase Nº8.
Nos vemos más arriba, dentro de muy poquito. 

jueves, 12 de mayo de 2011

Presentación Oral: Allá vamos!!

Y así empezó mayo, lleno de cosas para hacer, de proyectos, de trabajos prácticos, guías de lectura, presentaciones orales, ideas para el trabajo práctico final de la cursada, sí, así es, cada vez quedan menos clases. Pero de todos modos, la calidad no baja, en absoluto.
Nuestra clase número 7, empezó casi sin darnos cuenta, llegamos algunos alumnos antes del profe y entre charlas y comentarios de películas, Alberto se acomodó en el fondo del aula y cuando nos acordamos, estaba empezando la clase, con dos fragmentos de dos películas, no elegidas porque sí por Alberto, sino por una finalidad que luego de mirarlas debíamos descubrir que relación tenían con la teoría vista en clase. 
Las películas fueron:
1. Little Children (Secretos Íntimos) con Kate Winslet, Patrick Wilson y Jennifer Connelly
Tiene un narrador en 3ra persona omnisciente, el fragmento que vimos es una descripción de los personajes en una comparación con el resto de los personajes de manera objetiva. Muestra las acciones en una cronología que no se cumple, salta el tiempo e intercala imágenes del presente y del pasado. Hay distintos escenarios dependiendo las distintas situaciones que se van dando a lo largo de la película.


2. American Beauty (Belleza Americana) con Kevin Spacey, Annette Bening y Thora Birch.
Tiene un narrador en 1º persona, protagonista. Describe los personajes que lo rodean y a el mismo, de manera irónica, atravesado por la mirada triste de él. La acción empieza con la muerte de el, en una cronología inversa. Las escenas son como una especie de flash back, ya que son situaciones que el recuerda. Y toda su narración es desde su punto de vista totalmente subjetivo.  



Luego de haber visto estos dos fragmentos y charlarlos todos juntos, empezó EL MOMENTO DE LA VERDAD, había llegado la hora de comenzar las exposiciones orales sobre nuestro trabajo práctico Nº2 “Persona/Personaje”
Así fuimos pasando, comenzando por Darío Grasso, a presentar nuestras exposiciones.

Darío, tuvo que contar la historia de “Sophie Scholl: Dirigente y activista anti-nazi del movimiento Rosa Blanca en la Alemania Nazi. En el momento de su detención era estudiante de biología y filosofía en la Universidad de Múnich. Su nombre está inscrito en el Walhalla (Monumento) de los alemanes ilustres.”


 


Adrián nos contó la vida de “Howard Hughes gran aviador y un ingeniero autodidacta de gran inteligencia. Desde su niñez soñaba con ser piloto, productor de cine y golfista. Excepto en esto último, tuvo éxito en todo lo demás, destacando sobremanera como aviador, ingeniero aeronáutico, productor de cine y empresario.”


María Alejandra y Marina, presentaron la dura vida de “Joseph Merrick también conocido como "El Hombre Elefante", se hizo famoso debido a las terribles malformaciones que padeció desde el año y medio de edad. Condenado a pasar la mayor parte de su vida enrolado en el mundo de la farándula, sólo encontró sosiego en sus últimos años de vida. A pesar de su desgraciada enfermedad, sobresalió por su carácter dulce y educado, así como por una inteligencia superior a la media que sólo pudo demostrar en sus postrimerías.”



Lorena y Julieta, nos contaron la historia de Gabrielle Bonheur "Coco" Chanel pionera en el diseño de la moda francesa con la filosofía moderna, la moda inspirada en ropa de hombre, y la búsqueda de la simplicidad pero cara, la convirtió en una figura importante en la moda del siglo 20. Fue la fundadora de una de las marcas de moda más famosas, Chanel.



Y quién les escribe, o sea yo, Natalia, me tocó presentar sola mi personaje, ya que mi compañero no pudo asistir a clase. De todos modos, en el momento de realizar el trabajo, me fascino tanto la historia que no me costó contársela a mis compañeros yo sola, ya que es una historia trágica como las otras, pero a la vez con una carga muy alta de romanticismo, un estilo “Romeo y Julieta” nacional.
Mi personaje era nada más ni nada menos, que Felicia Antonia Guadalupe Guerrero y Cueto, más conocida como Felicitas Guerrero de Álzaga. Fue una dama porteña, de la alta sociedad, considerada entonces, la "mujer más bella de la República Argentina" por Guido y Spano. Nacida en 1846, en la ciudad de Buenos Aires, creció rodeada de sus diez hermanos menores y de su niñera que se hizo cargo de su crianza, mientras el padre se encargaba de las labores masculinas y la madre tenía hijos. A los 15 años, el padre de Felicitas, la obliga a contraer matrimonio con Don Martín de Álzaga, un señor de unos 50 años, dueño de muchas tierras y riquezas. Se cree que Álzaga y Guerrero padre, acordaron que éste último le cedería la mano de su hija, si Álzaga lo apoderaba de parte de sus tierras. Felicitas luego de casarse, tiene dos hijos, uno muere a la edad de 3 años por fiebre amarilla, y el segundo, muere a las horas de nacido, meses después del fallecimiento de Félix (el primer hijo de la pareja). Luego de toda la angustia y la tristeza producida por estas pérdidas, Álzaga se deja morir y Felicitas pasa a ser la única heredera de todas sus riquezas y se convierte, parte por su belleza y parte por su riqueza, en la mujer más codiciada por diversos pretendientes, desde la clase baja, hasta los de la alta sociedad. Tal es así, que Enrique Ocampo, hijo de una tradicional familia argentina, sin mucho dinero, se empecina con ella, pero ella se enamora de Samuel Sáenz Valiente, joven apuesto, dueño de varias tierras.
En el verano de 1872, cuando ya era oficial la noticia de su casamientos con Sáenz Valiente, Ocampo se hace presente en una de las propiedades de Felicitas, y luego de una fuerte discusión entre ellos, éste saca un arma y le dispara por la espalda a la joden de tan sólo 26 años. Luego de un forcejeo entre Ocampo y Cristián Demaría (primo segundo de Felicitas) se dispara un tiro que mata a Enrique Ocampo.
Después de una larga noche agonizando, la mañana del 30 de enero de 1872, fallece Felicitas Guerrero, producto de las lesiones internas que provocó el disparo.
9 años después de su muerte, y por encargo de sus padres, se inauguraba en el lugar de su deceso, la Iglesia Santa Teresita, que está ubicado en el barrio de Barracas.

Luego de todas las presentaciones, una más interesante que la otra, la hora había pasado tan rápido, que finalizó la clase un rato antes que el resto de las clases de Alberto.
Nos retiramos sin mucho más por decir, ya que nos habíamos hablado todo, y quedó pendiente las devoluciones para la próxima clase, ya que el profe quería pasar en limpio todas las anotaciones que hizo durante nuestras exposiciones, momento que debo confesar, espero ansiosa.

Para la próxima clase, debemos llevar la idea del cuento para el trabajo práctico final, el trabajo práctico Nº3 y las ganas de siempre para una nueva clase de Comunicación Oral y Escrita.
Hasta dentro de unas horas
Naty

Nota: Biografías extraídas de Wikipedia, salvo la de Felicitas Guerrero

lunes, 9 de mayo de 2011

Guía de lectura Nº2 "La Narración"

 En base a las consignas dadas por el profesor en la clase del 28 de abril, se debe realizar un texto, a partir de la bibliografía de la cátedra (Alvarado, M. y Yeannoteguy, A. (2000). “Cap. 3: La narración”, en La escritura
y sus formas discursivas. Eudeba, Bs. As.) que contenga 7 puntos importantes:


  1. Apreciaciones sobre la narración del psicólogo Jerome Bruner, el lingüista Vladimir
    Propp, el historiador Robert Darnton y el filósofo Walter Benjamin.
  2. Concepto de “trama causal o narrativa”.
  3. Diferencia de la figura del narrador con la del autor. Tipos de narrador.
  4. Representación de la subjetividad en la narración antes y después del siglo XX.
  5. Diferentes funciones que aparecen en la narración, según el semiólogo Roland
    Barthes. Doble función que se encuentra en la narración, según el escritor Ricardo
    Piglia.
  6. Tipo de pacto existente entre lector y autor. Aplicación del concepto de verosímil en
    la narración.
  7. La descripción en el Romanticismo, en el Realismo y en la actualidad.


1. La narración tiene que ver con el conocimiento y la experiencia. Se relaciona con el conocimiento que se adquiere a través de la experiencia. Es un modo particular de organizar el pensamiento y el conocimiento. 


Según Jerome Bruner (psicólogo), los seres humanos interpretamos las acciones, los comportamientos, de manera narrativa. Lo que él denomina “psicología intuitiva”. Pensamos nuestra propia vida de manera narrativa, la pensamos como un relato que va cambiando con el tiempo, y también pensamos narrativamente la vida de los demás.
Dentro de esa psicología, las personas son pensadas como actores o sujetos que actúan movidos por metas u objetivos, que se valen de instrumentos para alcanzarlos y que en su trayecto, deben vencer obstáculos que les presenta el medio. Se trata de una representación narrativa de las acciones humanas. Los actores, las acciones, los objetivos, los instrumentos, le medio en el cual se mueven, son componentes básicos de la estructura narrativa.  
El lingüista Vladimir Propp, en su estudio de los cuentos tradicionales rusos, encuentra que en todos ellos se repite la misma estructura. Esa estructura está compuesta por treinta y nueve funciones que constituyen el esqueleto básico del cuento. Esa estructura básica se repite en todos los cuentos de tradición oral rusos, facilitando la memorización de las historias.  Hay una huella en el relato que proviene de la repetición de lo cuentos, tal huella es un registro de la historia de los personajes que permite que se transfiera a lo largo de las generaciones. Esa huella permanece en las narraciones tradicionales gracias a su básica estructura.
Durante mucho tiempo, la literatura infantil recurrió frecuentemente a esos cuentos hasta que, en la década del 60, se empezó a cuestionar la conveniencia de esas historias para los chicos. El motivo: la alta dosis de crueldad y violencia que contenían. 
Robert Darnton, historiados, compara versiones de los cuentos de hadas, entre ellas las versiones orales de los campesinos franceses de los siglos XVII y XVIII, y destaca el nivel de violencia, crueldad y sexo que aparece en esas versiones campesinas, a diferencia de las que han llegado hasta nosotros. No es lo mismo la “Caperucita Roja” del siglo XVII que la del siglo XXI, la versión original tiene un contenido mucho más alto de violencia, sexo y morbosidad que el actual.
Darnton establece una relación bastante estrecha entre los motivos que se repiten en los cuentos de hadas y la realidad social en la cual esos cuentos eran contados. Según de dónde provengan, las versiones tienen matices diferentes. No todos los cuentos de tradición oral tienen moraleja, algunos más bien tienen advertencias. 
En cambio, el filósofo, Walter Benjamin afirma, que las narraciones orales, siempre dejan una enseñanza, ya sea moral o práctica; pero lo que caracteriza las buenas narraciones, es que esa enseñanza queda entreverada en la trama de la experiencia vivida y la audiencia es la que extrae su propia enseñanza, su propia interpretación. Los hechos no se interpretan, sino que se cuentan solamente.
Una buena narración sobrevive en el tiempo y puede ser escuchada/leída una y otra vez, en distintos momentos de la vida y el lector/oyente les encuentre un sentido diferente. 

2. Para Hayden White, historiados, lo que hace que una sucesión de hechos se transforme en Historia, es la trama narrativa o causal, que torna la sucesión cronológica de los hechos en un encadenamiento de causas y consecuencias, para poder vincular los hechos de manera causal, es necesario una perspectiva, una distancia que permita evaluarlos e interpretarlos a partir de sus consecuencias. Toda narración histórica se hace desde un lugar, un centro, en el que se ubica el historiador para jerarquizar los hechos y armar una trama narrativa con ellos. No es lo mismo una línea de tiempo que tiene hechos desconectados entre sí y no se establece una relación entre los distintos registros. En cambio, en un texto narrativo, lo que le da una trama causal, es la evaluación que hace aquel que está escribiendo la Historia y que deriva de las consecuencias que esos hechos tuvieron para la cultura a la que pertenece.
La organización narrativa, secuencial, causal, permite dar cuenta de lo imprevisto, lo inexplicable o lo anormal e interpretar la realidad y las conductas humanas. 

3. Existe una gran diferencia entre el autor y el narrador. El autor es la persona de carne y hueso que escribe; pero cuando ese texto es leído, el autor se borra, se desdibuja, y el lector se encuentra frente a una fuente de enunciación que el mismo texto construye. El narrador es una “voz” que narra, es quien enuncia, desde la ficción misma, ese relato. En los casos en que el narrador es un personaje de ficción es fácil distinguir al autor del narrador.  Es más difícil en los casos en que el narrador no coincide con un personaje, en el caso en que la narración está en tercera persona y el narrador no está representado como personaje. 
De esta forma se pueden establecer dos tipos de narrador, uno en primera persona, que puede ser protagonista (cuenta lo que le sucede) o puede ser testigo (cuenta lo que le pasa a otros) y un narrador en tercera persona, que puede ser omnisciente (todo lo sabe) u observador (sólo lo que ve).


4. La subjetividad en la narración antes y después del siglo XX. En los cuentos orales se reducen a una secuencia de acciones, que remiten a las intenciones o motivaciones de los personajes. En los cuentos tradicionales no existe el personaje en el sentido que hoy lo entendemos. Lo que hay en el cuento de tradición oral son actantes, personajes que encarnan acciones, no se los describe ni se cuenta demasiado de su vida. No hay lugar para los pensamientos ni la interioridad de los personajes.
En la actualidad, con la ficción escrita esta característica se modifica. Los personajes adquieren cuerpo y volumen y la subjetividad ocupa un lugar creciente, hasta tal punto que los conflictos, se plantean como conflictos internos, o conflictos que surgen del contraste entre el mundo exterior y la interioridad de los personajes.
En la literatura del siglo XX, se ensayaron distintos procedimientos o técnicas para representar la subjetividad. Uno de ellos es el llamado monólogo interior, que representa el fluir de la conciencia y de los pensamientos del personaje. Otra técnica es la aparición del narrador en primera persona que cuenta las cosas que a él le pasaron y de este modo nos permite el acceso a su mundo interior. Otro procedimiento, y el más importante, es el procedimiento de la visión o del punto de vista: a través del juego con el punto de vista de los personajes, se puede acceder a su perspectiva, a su modo de ver el mundo. Una ficción puede estar narrada en tercera persona pero desde la perspectiva de un personaje, lo que permite al lector ingresar a su visión y a su interpretación de los hechos. En la actualidad, la ficción tiende a subjetivizarse cada vez más, a dar un paso mayor a la interioridad de los personajes. Una forma es a través del punto de vista y otra es el narrador en primera persona

5. Roland Barthes, semiólogo, sostiene que en un relato todo es funcional, todo tiene una función. La función es una relación entre dos términos: todo elemento que aparece en el relato tiene un correlato. Hay distintos tipos de función, y los mismos elementos pueden cumplir funciones distintas.
Las funciones cardinales, o núcleos, son las acciones que se vinculan en la trama causal, que conforman el esqueleto, la estructura básica del relato. Los núcleos hacen avanzar el relato, abren una expectativa y la cierran, forman secuencia. Entre los núcleos, se suelen insertar otras acciones menores, secundarias, o bien descripciones, que ya no tienen la misma importancia que las funciones cardinales, que se denominan catálisis. Éstas sean descriptivas o acciones secundarias, demoran, dilatan la consecución causal del relato y pueden crear suspenso. Esas descripciones o esas acciones pueden tener otro tipo de función, por ejemplo indicios, que son descripciones que sirven para caracterizar indirectamente a los personajes, o bien su relación con la situación.
Un mismo elemento puede tener dos funciones distintas en un relato, puede ser parte de un núcleo narrativo o de una catálisis y a su vez actuar como indicio. 
En relación con esta idea de la doble funcionalidad, Ricardo Piglia propone que todo cuento cuenta dos historias, una visible y una secreta. Él aclara que la historia secreta no es una historia oculta que hay que descubrir a través de la interpretación, sino simplemente una historia que se cuenta de manera enigmática. Cada una de esas dos historias, responde a una lógica, a una causalidad diferente y los mismos elementos participan de ambas; cada elemento de un cuento tiene doble función. En algunos casos, esa función, está directamente vinculada con la trama narrativa; en otros, descansa más en la capacidad del lector para realizar inferencias que apelan a sus esquemas socioculturales y a su enciclopedia. Ambos tipos de funciones se complementan, e incluso se superponen, la historia visible, la de los acontecimientos; y la historia que se infiere, la secreta. 

6. Umberto Eco, postula un pacto funcional, que autor y lector suscriben, en virtud del cual el lector acepta que lo que se cuenta en el texto son hechos imaginarios, pero no son mentiras. El lector suspende la incredulidad, su juicio acerca de la verdad o falsedad de lo que está leyendo; así como el autor finge que los hechos que cuenta ocurrieron, el lector finge lo mismo acerca de esos hechos. Pero ambos son conscientes de que se trata de hechos imaginarios.
Aunque se esté en un mundo maravilloso, donde ocurren cosas que no ocurren en el mundo real, se mantienen ciertos elementos del mundo real. Si esto no sucediera, no habría comunicación (la comunicación descansa sobre los códigos comunes o compartidos por emisor y receptor, y el código sociocultural es parte de esa competencia). Los mundos de ficción son parásitos del mundo real: todo aquello que en un texto de ficción no se explicita, no se describe como diferente del mundo real, se presupone que es equivalente a lo que ocurre en el mundo real. 
Cada género incluye cláusulas en el pacto ficcional que suscribe el lector. Éste pacto supone que el lector suspende sus juicios de verdad frente a los hechos que se le narran; es decir, no es válido preguntarse si es cierto, si pasó o no pasó lo que se cuenta. 
En cambio, es posible interrogarse sobre la verosimilitud de lo narrado, y la idea de “verosimilitud” remite al género, a lo admitido por las convenciones del género.
La noción de “verosímil” se aplica, a los géneros que pertenecen al campo de la argumentación y éste es el origen del término; y por otro, a los géneros ficcionales.
Lo verosímil es lo que parece verdadero porque se ajusta o se adecua a la opinión más generalizada, a lo que la mayoría cree que es la verdad. Se entra, así, en el campo del sentido común, la Doxa, que es parte de lo que llamamos “código ideológico”.
En cuanto a lo verosímil aplicado a la ficción, es un concepto relativo al género: cada género ficcional, elabora su propio criterio de verosimilitud.
Si se piensa la ficción desde una perspectiva pragmática, la ficción ha sido definida como un “acto de habla lúdico”, de la naturaleza del juego. Cuando se lee un texto de ficción, se suspende, mientras dura la lectura, la incredulidad o la duda respecto de eso que se está leyendo, y se lo cree, no como verdad sino como ficción. No hay posibilidad de sentir placer en la lectura de un texto ficcional si no existe esta operación.
El recurso de verosimilitud más importante del que, históricamente, se ha valido la ficción, es la descripción. Un procedimiento para crear verosimilitud es introducir nombres propios que remiten a lugares o a personajes que tienen una existencia fuera de la ficción. Y también, inventar nombres que parezcan reales. 

7. La descripción, implica una interrupción temporal, el tiempo se detiene. No tiene un orden prefijado; el orden en el que se presentan los elementos del que describe. La narración tiene una cierta restricción de orden; se lo puede invertir, pero hay un orden natural, que es aquel en el que sucedieron los hechos. En el caso de la descripción, esto no ocurre. La descripción, procede por análisis, por descomposición del objeto en elementos. La denominación del objeto que se describe puede aparecer o no en el interior de la descripción. Si la denominación del objeto no aparece, si se describe algo sin nombrarlo, estamos en presencia de una descripción con rasgos de adivinanza, que plantea una forma de acertijo.
Con el Romanticismo, la descripción empieza a adquirir estatuto literario. Los románticos se valen de ella para representar los estados de ánimo; la descripción de un paisaje, de un lugar, expresa, a través de los adjetivos calificativos, el estado de ánimo de un personaje. La metonimia es una figura retórica frecuente en el lenguaje corriente, una figura de desplazamiento por contigüidad: para referirnos a un objeto, mencionamos otro que está en contacto con él. 
El Realismo utiliza la descripción para producir impresión de realidad. En las grandes novelas del siglo pasado, abundan las descripciones extensas, plenas de detalles. Muchos de esos detalles descriptivos, aparentemente inútiles, están allí para crear en el lector una ilusión de realidad, para hacer verosímil lo que se cuenta. Esos textos prevén un lector capaz de detenerse en las descripciones, un lector curioso como el lector de enciclopedias. Es distinto el lector que construye la narración y el que construye la descripción. El primero está movido por la intriga, es un lector que quiere avanzar en la acción, al que le interesa lo que viene después. El segundo, en cambio, es un lector que se toma su tiempo y que está impulsado por el deseo de acrecentar su conocimiento respecto de un sector de la realidad y por una cierta curiosidad léxica, una preocupación por el vocabulario. 
En la Actualidad, podemos ver imágenes en video, fotos, televisión, cine, lo que hace que los textos se detengan menos en descripciones y el lector se interese menos por ellas. Frente a un texto como Moby Dick, de Melville (1851), es frecuente que los lectores contemporáneos, más interesados en la acción, se salteen los largos capítulos donde se describe minuciosamente a las ballenas, su pesca y su faenamiento. Los textos como el de Melville fueron escritos pensando en un lector que hoy probablemente sea una especie en extinción.